La fabricación con baja huella de carbono se ha convertido en una prioridad para las empresas que buscan reducir su impacto ambiental, cumplir con regulaciones internacionales y responder a las expectativas de consumidores conscientes. Estas prácticas innovadoras permiten producir bienes y servicios manteniendo un enfoque en la sostenibilidad, ahorro energético y disminución de las emisiones de carbono a lo largo de todo el ciclo de vida del producto. Los procesos de manufactura de baja huella de carbono implican la integración de tecnologías limpias, la optimización de recursos y el rediseño de los sistemas productivos. Así, las industrias avanzan hacia un futuro más responsable, favoreciendo beneficios tanto ambientales como económicos.